Resumen
El artículo "Claves sobre liderazgo y formación de equipos de trabajo", trata sobre el desafío de liderar equipos de trabajo con éxito y propone un enfoque cíclico de desarrollo del equipo basado en las fases propuestas por Bruce Tuckman en su obra "Development sequence in small groups".
Las cuatro fases del desarrollo del equipo son:
Formación: En esta etapa, los miembros del equipo se conocen y se establecen criterios de pertenencia. El objetivo es lograr cohesión a través del desarrollo de la confianza.
Debate: Esta fase es clave y crítica. Aquí, la dinámica del equipo comienza a tomar forma a través de decisiones para resolver problemas y alcanzar objetivos grupales. El líder desempeña un papel importante en la provisión de información, fomentando la participación y el respeto, y asignando roles.
Organización: En esta fase, se establecen reglas y procesos formales, así como normas tácitas. Se lleva a cabo un proceso de coordinación para definir el plan de acción, que incluye procedimientos, plazos, asignación de recursos y responsabilidades.
Resolución: En esta etapa, el equipo trabaja colaborativamente para cumplir los objetivos. El líder se asegura de que se dispongan los recursos necesarios y se realizan revisiones, controles y ajustes. Los logros obtenidos sirven como estímulo para nuevos proyectos.
La fase crítica es la de debate, donde se enfrentan objetivos compartidos e individuales. El éxito del equipo depende de mantener un ciclo constructivo, donde se fijan objetivos compartidos y se promueve la confianza, la coordinación, la comunicación y la colaboración. Por otro lado, existe un ciclo destructivo donde los miembros privilegian sus objetivos individuales y se forman coaliciones que generan divisiones y conflictos.
Se consideran también los roles constructivos, como contribuidor, comunicador, cuestionador y colaborador, que favorecen el trabajo en equipo, y los roles destructivos, como dubitativo, disperso, diplomático, dominante y derrotista, que son contraproducentes.
Se aborda el manejo de conflictos, que pueden ser de naturaleza racional o emocional, y se presentan diferentes combinaciones de acuerdo y desacuerdo racional y emocional. Un mal manejo de los conflictos por parte del líder puede llevar al ciclo destructivo.
Se discute la dicotomía entre jerarquía y redarquía, donde la jerarquía puede proporcionar orden y control, pero también puede desestimar la información de los miembros de menor rango. Se concluye que la ventaja de la jerarquía depende del tipo de tareas y del criterio del líder.
Artículo completo: Claves sobre liderazgo y formación de equipos de trabajo
Liderar un equipo de trabajo con éxito es todo un desafío. Lograr la “composición ideal” que combine distintas habilidades y una dinámica que, aun frente a las divergencias, facilite la resolución de conflictos requiere de un gran esfuerzo colectivo.
Muchas veces, la combinación de recursos para el líder dista de ser la óptima. Sin embargo, el líder debe buscar la forma de “hacer que funcione”, que exista complementariedad, conocimiento recíproco, responsabilidad, pertenencia, claridad de objetivos y orientación al cumplimiento, cooperación, coordinación y muy buena comunicación, lo cual puede llevar un tiempo que las empresas usualmente no tienen.
Por eso es importante aprender en conjunto de las experiencias pasadas y que el líder pueda corregir procesos e incluso, realizar ajustes en el equipo cuando sea necesario.
Se trata de un enfoque cíclico de desarrollo de un equipo, como el que plantea Bruce Tuckman en su obra “Development sequence in small groups” y que incluye cuatro fases cuyos outputs (resultados) alimentan a la siguiente fase funcionando como un input.
Las fases que plantea el autor son: